Seminario 2010 "LA SEXUACIÓN"

Dictante: María Cristina De Biasi
"Filosofía de alcoba"
René Magritte


Próxima reunión: sábado 23 de octubre - 9.30 hs.

"Transexualismo. Fragmentos clínicos"

Bibliografía sugerida:
-J. Lacan, "...Ou pire" (Reunión 8/12)
-J. Lacan, "De un discurso que no fuera del semblante" (Reunión 20/1)


Reuniones Anteriores:

-Reunión 27 de marzo: "El enigma del otro sexo"

Bibliografía sugerida:
J. Lacan, Lógica del Fantasma (reuniones: 18/1, 1/3)
J.Lacan, Aun (reuniones: 21/11, 13/2, 20/2)

-Reunión 24 de abril: "Lógica del Hét(eros)"

-Reunión 29 de mayo: "El Otro Sexo en la Erótica Actual"

Bibliografía sugerida:
J. Lacan, La angustia (13/3, 20/3)
J. Lacan, El saber del psicoanalista (3/3)
J. Lacan, Encore (16/1)
J. Allouch: "Cuando el falo falta" .

-Reunión 26 de junio: "Herculine Barbin, sus memorias" (Publicadas en un texto de Medicina legal de fines del siglo XIX, a propósito del Hermafroditismo. Hallazgo de M. Foucault)

Bibliografía sugerida:
S. Freud, "El malestar en la cultura" (Capítulo IV)
J. Lacan, "Lógica del Fantasma" (Reuniones: 18/1,12/4,19/4)
M. Foucault, "Herculine Barbin, llamada Alexina B."

-Reunión 31 de julio: "El Otro sexo en Alexina"
Bibliografía sugerida:
-S. Freud, Metamorfosis de la pubertad ("Tres ensayos de
Teoría sexual, Parte III).
-Consultar bibliografía reunión 26 de junio.

-Reunión 28 de agosto: "La declaración de sexo"

Bibliografía sugerida:
-J. Lacan, Encore (reuniones ya indicadas)
-J. Lacan, "O peor..." (reunión 8/3)
-J. Lacan, "Breve discurso a los psiquiatras"

-Reunión 25 de septiembre: "Transexualismo y estructura"

Bibliografía sugerida:

-J. Lacan, "...Ou pire" (Reunión 8/12)

-J. Lacan, "De un discurso que no fuera del semblante" (Reunión 20/1)

Fundamentos del Seminario

Es cierto que la barrera de los géneros está construida culturalmente y que, incluso, la ciencia de hoy posibilita que alguien pueda traspasar esa barrera y cambiar hasta cierto punto su sexo anatómico. Sabemos: ni “Dios los hizo hombre y mujer”, ni “la anatomía es el destino”. Ser consecuentes con esta posición desde el psicoanálisis supone una ética del deseo no siempre bien comprendida.
Ahora bien, el hecho de que aquella barrera se construya culturalmente nos dice al mismo tiempo de esa necesidad ineludible para toda cultura, y en diferentes épocas, de construir sus respuestas respecto de algo que va más allá de esa diversidad, atravesándola: el enigma de la diferencia de sexos. Punto de no respuesta o de inconsistencia del orden simbólico al que queda sujeto todo ser en tanto que habla.
Dos cuestiones anticipaba Freud, precisamente, en el “Malestar en la cultura”: en el inconsciente no hay inscripción de la diferencia de sexos –la misma carece de todo contenido, permanece enigmática-, y la sexualidad tiende hacia un pleno de satisfacción siempre inalcanzable. Estos hallazgos fundamentales se articulaban a las sucesivas hipótesis teóricas que desde un principio enlazaban el descubrimiento del inconsciente a la realidad sexual. No obstante, y como bien sabemos, todo aquello que arroja luz no deja de generar sus propios lugares en sombra.
Así, por ejemplo, la noción de “fase fálica”, forjada por el fundador del Psicoanálisis, como aquello que domina el proceso de sexuación, sea en el varón o en la niña, fue fuertemente cuestionada por algunos de sus discípulos –en su mayoría mujeres-, dando lugar a un célebre debate en el mundo psicoanalítico de los años 30’.
Podemos decir que, aunque en otros términos dado que nuevas hipótesis teóricas se van anudando, la noción de falo –indisolublemente ligada a la cuestión paterna- no dejará de retornar en sucesivos cuestionamientos, dentro mismo del campo psicoanalítico o más allá de él. Y si entendemos que toda insistencia denuncia una resistencia habrá que preguntarse si esta última anida en la idea misma, o es contra ella que se resiste.
Para mencionar sólo algunos de estos momentos de cuestionamientos –y la elección por cierto es arbitraria-, recordaremos que a fines de la década del 40’, y proviniendo no ya del discurso del psicoanálisis sino del filosófico, Simone de Beauvoir dará a luz “El segundo sexo”, texto donde examina de modo exhaustivo y crítico el lugar de la mujer en la sociedad a lo largo de la historia, partiendo del interrogante “¿qué es la mujer?” y recorriendo sus hipótesis desde el andamiaje que le proporciona su conocido aforismo “la mujer no nace, se hace”. Afirmación desde la cual, y sin ahorrar críticas a las concepciones freudianas, dirá que es el hombre el que ha sido siempre planteado como esencia relegando a la mujer al lugar del Otro, respecto de dicha esencia, definiéndola entonces negativamente en función de esos parámetros.
Lacan, a quien la autora le habría pedido que leyera su libro antes de la publicación –él finalmente declina este ofrecimiento-, referirá al mismo muchos años después para decir y de un modo harto provocativo: “no hay segundo sexo”, “el Otro no existe”. Es así que, bajo este estilo argumentativo, el autor, al tiempo que dispara su crítica va torsionando el espacio conceptual, dado que allí la categoría de “Otro” refiere a algo diferente. Decir “no hay segundo sexo” resuena en su célebre aforismo “la mujer no existe”, el cual no implica en absoluto la inexistencia del sexo femenino, sino de un significante que lo defina. El Otro, como lugar de lo simbólico, carece entonces de este significante, y esto denota su misma inconsistencia. Nacida plenamente de la textualidad freudiana esta tesis de Lacan está cargada de consecuencias. De modo sucinto podemos decir que el enigma de la feminidad, cuyo soporte es la falta misma de ese significante, nos remite tanto a lo irreductible del enigma de la diferencia de sexos, como a la inexistencia de la relación sexual. Inexistencia que no dice que no haya encuentro entre los cuerpos sexuados sino que la relación no puede escribirse lógicamente, dada la imposibilidad de definir uno de sus términos.
Lacan reabre el surco que la noción de falo supone y para ello no puede menos que poner en cuestión los mismos términos freudianos: ¿es que hay una sola libido?, se preguntará en los años 70’ en su abordaje del goce en la mujer: goce enigmático que él mismo sitúa más allá del falo. Es por este sesgo que ese freudiano misterio de la feminidad cobra desde Lacan el estatuto de enigma y con ello se hace tan imprescindible como la noción de Falo para entender no sólo el proceso de sexuación, sino esa noción misma. El falo no remite a ninguna esencia masculina y no es más que un semblante, noción esta última que tiende a despejar graves equívocos en relación a la noción de “significante fálico” considerado como aquello que daría respuesta a la falta inherente al deseo, cuando en verdad su definición más esencial es que se trata de un significante sin significado, un punto de no respuesta.
Aún así, y esto es muy saludable, el debate continúa. Se cuestiona fundamentalmente el ideal de heterosexualidad que se desprendería de las hipótesis de Freud o de Lacan. Michel Tort criticando la supuesta tendencia normativizante del psicoanálisis, ironiza contra “el episcopado psicoanalítico”, toda vez que el “Complejo de Edipo” se convierte en una verdadera Pastoral analítica. Por otro sesgo, Jean Allouch critica –y con razón- la indiferencia de los analistas frente a las nuevas cuestiones de la erótica actual, sin dejar de leer en cierta argumentación de Lacan “el fin de la heterosexualidad”.
Podemos coincidir plenamente con estas posturas: no se trata de que el psicoanalista se erija en guardián de ningún orden establecido. Lejos estaría en ese caso, como defensor de algún ideal, de la ética del deseo que define su praxis. Sin embargo, según entendemos, aquello que está en cuestión no podría ser masivamente atribuido a Freud o a Lacan, así como tampoco debería tratarse de una defensa a ultranza de los mismos. Se trata de hipótesis que se van construyendo, no sin marchas y contramarchas, no sin desanudar y anudar nuevas cuestiones, no sin contradicciones autogeneradas, no sin callejones sin salida, que nos obligan a una permanente revisión de las mismas.
En ese sentido, no entendemos que se desprenda de la teoría de la sexuación de Lacan una tendencia normativizante fundada en el ideal de heterosexualidad. Así como tampoco se nos torna sustentable la idea de una “norma-macho” como fruto de dicha teoría cuando, y para decirlo muy abreviadamente, nada más lejos del amo –para Lacan- que el lugar del Padre, al que se articula la cuestión del Falo.
Seguiremos revisando y discutiendo sobre estas cuestiones en este Período 2010 de nuestro Seminario sobre “La sexuación”. Circunscribir la noción de Función Materna; precisar que la heterosexualidad o la homosexualidad no definen per se una estructura, ni mucho menos una norma y/o su desviación; interrogar lo que la erótica de nuestro tiempo llama los transgéneros; definir en sentido estricto la noción de Perversión para el Psicoanálisis, serán las temáticas que irán trazando nuestro recorrido en el trabajo de este año.

1 comentario:

Greg H. dijo...

¿es esto correcto ?

http://www.academia.edu/7649153/Amalgamating_Lacan_s_Formulae_of_Sexuation_Discourse_Theory_and_Topology